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Breve reseña sobre el hórreo
Me presento: soy José Luis, asturiano, con domicilio en Cantabria; soy amante de mi tierra y de sus símbolos, y en concreto de uno de los que la definen de una forma más característica: el hórreo .... En los tiempos de mi infancia siempre había considerado el hórreo como una construcción característica y exclusiva de Asturias. Mis primeros años en Pola de Allande, Cangas del Narcea y Pola de Siero, con frecuentes desplazamientos a Gijón, Oviedo y al oriente llanisco, y la observación de la gran cantidad de hórreos distribuidos por los diversos concejos, me hacían pensar que aquellos eran algo consustancial a Asturias, aun dentro de la diversidad constructiva de las distintas zonas de la región.
Pronto descubrí que en Galicia había otro tipo de hórreos, en piedra, a dos aguas y con un tamaño y forma diferentes a los del asturiano. Más adelante, en excursiones por los Picos de Europa pude ver hórreos en la zona de Liébana (Cantabria) y de Valdeón (León). Por último, en esa progresiva ampliación del para mí inicialmente reducido marco geográfico del hórreo, tuve referencias de su existencia en toda la cornisa cantábrica, Navarra y norte de Portugal.
Y hace dos años, para mi sorpresa, me encontré con unos cuantos en la isla de San Miguel, en el archipiélago de las Azores (¡¡bastante lejos de Asturias ....!!) En cualquier caso, es en las regiones gallega y asturiana en las que, con sus diversas tipologías, y con gran diferencia respecto a otras, se conserva un mayor número de hórreos. Sobre el origen del hórreo hay diversas teorías: unos apuestan por un origen romano; otros le atribuyen un origen palafítico.... En cualquier caso, los hórreos asturianos más antiguos que se conservan datan del siglo XIV.
En cualquier caso, el hórreo es una construcción cuya finalidad es la de almacenamiento de la cosecha, de los quesos, de la matanza y de otros alimentos de la unidad familiar, con la peculiaridad de protegerlos de la humedad y del ataque de los roedores. Y en concreto en Asturias el hórreo se ha llegado a usar como vivienda, cumpliendo muchas veces el espacio que queda bajo él una función social de lugar de reunión de los vecinos, donde organizar tertulias y echar unos culinos de sidra; y cómo no, el espacio entre los pegollos ha sido almacén del carro, los aperos, y en los tiempos modernos....el garaje del coche familiar.
El hórreo en Asturias es un elemento omnipresente en su paisaje (como también lo es en Galicia, con su formato específico), y es el que en ocasiones permitirá a más de un viajero despistado, poco observador de las señales de tráfico, darse cuenta de que ha entrado en la tierra de don Pelayo. En resumen, y como decía al principio, el hórreo es uno de los más entrañables símbolos del Principado, que evoca aquella Asturias campesina, recreada por Armando Palacio Valdés en La aldea perdida, que la modernidad ha ido haciendo desaparecer, quedándonos esta peculiar construcción como recuerdo de un mundo rural que poco a poco se va diluyendo en estos tiempos de homogeneización cultural y globalización.
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